Qué va a ser de mí, volveré a mentir de nuevo.
Llenaré mi cama de fantasmas, de muertos.
Contaré los días, las calles que nos separan.
Las tardes de domingo esperaré tu llamada.
Maldeciré a las parejas que, abrazadas,
sueñan con habitaciones de hotel desocupadas.
Y odiaré con calma tu risa, todas mis palabras, nuestra despedida.
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